Tanque de tormentas, cuando el río suena, agua lleva

Hoy es 28, pero no de diciembre, por lo que la siguiente noticia no es una inocentada. Ha llegado una información a nuestra redacción referente al proyecto de construcción del tanque de tormentas, que queremos compartir con nuestros seguidores y con la ciudadanía de Palma en general.

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Para que esta información sea comprendida por todos debemos remontarnos unos años atrás, al momento en el que, se vertían constantemente aguas residuales a la bahía de Palma, por saturación de las depuradoras de EMAYA, que tienen una capacidad limitada, y en los momentos de fuertes lluvias, se abría la canalización directa al mar, provocando el cierre de las playas de la zona próxima a Ciudad Jardín. Debido, entre otras cosas, a que la canalización y depuración de aguas de Palma está obsoleta y preparada para la ciudad de hace 30 años, en la que había aproximadamente 260 mil habitantes. 

Diversas asociaciones interpusieron denuncias por contaminación, una causa que todavía mantiene abierta el juzgado de instrucción 12 de Palma. A raíz de esta denuncia, el Govern balear y la Conselleria de Medio Ambiente junto con el Ayuntamiento de Palma, pusieron en marcha una serie de actuaciones necesarias para evitar los vertidos de aguas no depuradas al mar, una acción que hasta ahora no había iniciado ninguna formación política.

En 2017, el Ayuntamiento de Palma y la Conselleria de Medio Ambiente firmaban un Protocolo de inversiones, que se amplió en 2019, para mejorar la calidad del agua de las playas de la zona. Momento en el que se iniciaba el largo, costoso y, por el momento, de dudosa eficiencia, proyecto del tanque de tormentas.

¿Qué es un tanque de tormentas?

Los tanques de tormentas son unos depósitos subterráneos de gran capacidad creados para almacenar las primeras aguas de lluvia, que suelen ser las más contaminantes porque arrastran todo tipo de suciedad acumulada en las calles, y regular su paso hacia las depuradoras. De este modo, los tanques evitan que las depuradoras rebasen su caudal máximo y viertan el excedente, sin tratar, en el mar.

Las obras

Las obras del tanque de tormentas de Palma se iniciaron en mayo de 2019. En mayo de 2021, EMAYA y el alcalde de Palma, José Hila, presentaban lo que sería la solución definitiva para evitar los vertidos al mar cuando se producen episodios de fuertes lluvias. Un depósito, con una capacidad de 50.000 metros cúbicos, construido en el mismo lugar donde se levantará la nueva depuradora, que sustituirá a la del Coll d'en Rabassa.

Este proyecto ha contado con un presupuesto de 27 millones de euros, financiados por la Consellería de Medio Ambiente y Territorio a través del canon de saneamiento, además de una inversión extra de 5 millones de euros para mejorar la cabecera de planta para una correcta adaptación en el periodo de transición entre la depuradora actual y la nueva, lo que supuso un incremento de 80 días en el plazo de finalización del proyecto.

Meses en los que las principales calles y vías de acceso al centro de Palma, como General Ricardo Ortega o Avenida Gabriel Alomar, han estado cortadas o en obras, dificultando así el tránsito por estas zonas céntricas.

Según aseguran desde la empresa municipal, el tanque de tormentas reducirá en un 90% los cierres de las playas de Ciudad Jardín y Can Pere Antoni, por vertidos al mar. Un proyecto que, según anunciaban al inicio de su diseño, debía estar listo y en funcionamiento en abril de este 2022, pero que no se ha inaugurado hasta este mismo mes de noviembre. Además, la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, asegura que esta acción “da respuesta a una necesidad histórica de Palma”. Y es que hasta el momento, ningún partido político se había implicado en buscar una solución eficaz a este problema. 

A finales de abril, fecha prevista de finalización de las obras, el tanque de tormentas se encontraba ya totalmente cerrado y con las divisiones internas en cuatro compartimentos realizadas, pero no se ha visto operativo durante todo el verano, como estaba previsto.

Inauguración oficial

Este pasado viernes, la presidenta del Govern, Francina Armengol; el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir; el alcalde de Palma, José Hila; el regidor de Medi Ambient y presidente de Emaya, Ramón Perpinyà, y diversas autoridades y regidores, inauguraron oficialmente el tanque de tormentas. Desde este momento, el sistema ya está operativo y sus aguas depuradas se destinarán al riego de la zona del Pla de Sant Jordi. 

Durante los últimos meses, aparte del citado tanque de tormentas, los trabajos han consistido en la construcción e instalación de una bomba impulsora y de la canalización, de tres kilómetros de longitud, que parte de la avenida Gabriel Alomar y acaban en los terrenos donde se ubicará la nueva depuradora, que empezará a construirse en unos diez meses, tendrá mucha más capacidad que la actual y costará 118 millones de euros.

Prueba fallida

Hasta aquí podríamos haber copiado y pegado la nota de prensa emitida desde el consistorio palmesano, pero fuentes cercanas al proyecto, que por motivos obvios nos vamos a desvelar, nos comunicaron una serie de deficiencias estructurales que el plan presentaba días antes de su inauguración. De cara a informar habiendo contrastado dicha información hemos realizado varias llamadas tanto al Ayuntamiento de Palma como a EMAYA para confirmar si estos rumores eran ciertos. 

El tanque de tormentas ya está en marcha y todo “funciona a la perfección”, según nos han hecho saber, pero nuestra información señalaría que “la campaña de vertidos 0 promovida por el Govern es todo un fracaso”, ya que “la solución propuesta no sirve para nada, porque hay fugas importantes en las conexiones”. 

Según la información de la que disponemos, el jueves 10 de noviembre, aprovechando las copiosas precipitaciones, se realizó la primera prueba del tanque de tormentas para evitar vertidos en el mar: Dicha prueba fue “todo un fracaso”, en palabras de nuestra fuente. Señalando que “no todas las entradas de aguas sucias se pueden conectar y la depuradora rebosa igualmente”, por lo que previsiblemente el próximo verano estaremos igual y volveremos a ver ondear la bandera roja en las playas de Can Pere Antoni y Ciudad Jardín. 

Otro de los problemas que hemos recibido es que “la entrada del tanque no está preparada para recibir semejante caudal de agua y rebosa por las conexiones antes de la entrada al tanque”.  No solo eso, sino que además, el día de la prueba, “el emisario no daba más de sí y tuvieron que tirar agua al torrente”. Además, al parecer, no todas las entradas de agua sucia se pueden conectar y la depuradora rebosa igualmente.

Tras interesarnos por estos detalles y queriendo saber cómo fue esta primera experiencia, solicitamos si existe algún informe sobre la prueba, al cual si existe, no hemos tenido acceso. Solo nos han comunicado que durante los meses de octubre y noviembre se han estado realizando diversas pruebas y ajustes. Tanto la dirección de EMAYA, como la UTE constructora del proyecto, son conocedoras de dichos detalles, pero no llegan a desmentir que hayan existido fugas en las conexiones con el tanque. y en caso de que las hubiese aseguran que el problema ya está resuelto, pero continúan haciendo seguimiento.

Llama la atención que una de las advertencias realizadas a los políticos antes del día de su visita a las instalaciones del tanque de tormentas fuese que “olería muy mal”, detalle que sería lógico al tratarse de una depuradora en activo, pero no de un tanque sin actividad. 

Llegados a este punto, somos conscientes de que no tenemos los recursos necesarios para seguir investigando como se debería y conocer en profundidad cómo evoluciona el proyecto y si éste, tras una inversión de 27 millones de euros, ofrece los resultados prometidos. 

Lo que sí sabemos, es que a día de hoy, el proyecto ya está estrenado, pero el tráfico rodado en Avenidas sigue sin establecerse con normalidad, debido a la modificación del trazado en la vía a la altura de la calle General Ricardo Ortega y en Avenida Gabriel Alomar, por obras, que tras varias visitas en los últimos días a diferentes horas, no presentaba ningún tipo de actividad. 

Otra de las conclusiones que sacamos tras hablar con las diversas partes implicadas, y esperamos equivocarnos, es que es muy probable que el fin del problema de los vertidos al mar no sea del todo una realidad. A partir de ahora, ¿se escudará la administración en que los vertidos de los emisarios entren en ese 10% restante que no asegura el almacenaje del nuevo tanque?