De Nueva York a Sa Rápita, arte urbano a pie de playa

Reconocido por sus murales que fusionan arte, naturaleza y conciencia ecológica, el artista catalán Marc Álvarez (conocido en el sector del arte urbano como Dase) ha convertido espacios de todo el mundo en lienzos con alma.

Desde 2006 ha pintado en ciudades como Nueva York, Miami, Bruselas o Berlín, dejando una marca reconocible que mezcla geometría, elementos orgánicos, una paleta cromática singular y el uso de materiales sostenibles. Su trabajo no solo decora, sino que interpela, invita a reflexionar y a conectar con el entorno que nos rodea.

Su último proyecto lo ha hecho viajar hasta Mallorca, donde ha dejado su huella artística en un enclave privilegiado de la costa: un nuevo proyecto del restaurante que opera en las instalaciones del Club Náutico, junto a la playa de Sa Ràpita, rodeado de pinares, dunas y mar Mediterráneo. “Me contactaron para proponerme este proyecto y cuando vi el paraje que hay, supe que era un lugar muy especial para trabajar y un reto” confiesa el artista. 

En esta ocasión, el artista ha tenido que integrar su arte en un espacio arquitectónicamente singular, compuesto por estructuras y superficies triangulares. “Todo este espacio te envuelve, tienes murales 360º. Esto hacía que no fuera solamente una pared rectangular donde hay un mural, sino que te sumerges, es una experiencia inmersiva en un entorno donde no se puede competir” explica emocionado. De esta forma, la terraza del restaurante se ha convertido en una auténtica galería al aire libre gracias a una obra que, más allá del impacto visual, busca conectar con el entorno natural y concienciar sobre su protección.

“Mi leitmotiv es “pintar un planeta mejor”. Realmente intento que mis trabajos inspiren una consciencia, una sensibilidad hacia las cosas buenas que creo que hay que proteger y cuidar en este planeta” recalca Dase. Su creación en Sa Ràpita refleja esa filosofía: murales inspirados en el mar, los corales, la arena y la luz del Mediterráneo, que no pretenden robar protagonismo al paisaje, sino convivir con él. “Para mí esta obra es un espejo de lo que hay alrededor, es un reflejo del mar, de la naturaleza” asegura.

La intervención artística también dialoga con el entorno cultural del lugar. En la misma costa, a pocos metros, están los antiguos bunkers de defensa que fueron intervenidos por otros artistas, generando así una continuidad creativa entre pasado y presente. “El arte es cultura, tiene la capacidad de inspirar, de promover, entonces combinar naturaleza y cultura, que mi obra esté en la línea de los bunkers y forme parte de esa cadena de naturaleza-arte me parece algo fantástico” asegura Dase.

El proceso creativo arrancó con total libertad artística tras una única petición de los responsables del restaurante: que la obra se inspirara en la naturaleza. A partir de ahí, el artista desarrolló digitalmente los bocetos adaptados a cada superficie, cuidando la continuidad visual desde todos los ángulos posibles. “Por un lado quería que en los murales existiese la paleta cromática que nos encontramos alrededor, sobre todo con los tonos arena, con los azules y turquesa. Pero también quería un punto llamativo porque al final creo que hay una parte de integración y otra de contraste que es interesante” expone.

Además de la estética, Dase cuida cada detalle del proceso, apostando por materiales de bajo impacto ecológico: aerosoles al agua sin disolvente tóxico, pinturas de proximidad y envases reciclables. “Se trata de ser coherentes. Si defiendes el cuidado de la naturaleza con tus obras, debes ser consecuente con los materiales que usas”, añade.